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Faro en las calles

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Catrina: El Gran Final de Nuestro 2018­­
Acabamos de experimentar el que muchos consideran, el mejor cierre de año en cuestión de festivales, pero, más allá del line-up, queremos hablar de los sentimientos encontrados, expresiones que con acordes o riffs en la prueba de audio, nos decían “…Que chingón se va a poner”. Por: @Luck_sky100
Acabamos de experimentar el que muchos consideran, el mejor cierre de año en cuestión de festivales, pero, más allá del line-up, queremos hablar de los sentimientos encontrados, expresiones que con acordes o riffs en la prueba de audio, nos decían “…Que chingón se va a poner”. Por: @Luck_sky100
Justo hablamos del Indio Catrina, que en su tercera edición presentó un cartel sensacional, algunos conflictos con el mismo, desde hace un mes con la cancelación de Cuco, se nos hizo ajeno al ver la integración de The Marías y Juan Son; pero como todo, algunas cuestiones ajenas a los organizadores provocan romper corazones, un día antes anunciada la ausencia de Omar Rodríguez López Group y Le Butcherettes (por mal clima, lo que provocó la cancelación de sus vuelos), muchos fans de los artistas se sintieron estafados, entre colegas, decepcionados, pero aún faltaban más grupos , con Descartes A Kant rifándose con el llamado de última hora, ofreció a sus simpatizantes una experiencia que llenó el vacío de las Butcherettes. Hace unas semanas, con los horarios publicados, en la distribución de 4 escenarios, encontramos uno al que podríamos catalogarle “el intolerante” del Catrina, donde se mencionaban 2 actos sorpresas, esto en secreto hasta unas horas previas a través de la aplicación del festival (punto para los milenials), donde impacientes, a las 15:40 hrs. Daniela Spalla cantaba 4 canciones y anunciando su regreso a Puebla en el 2019. La otra sorpresa que ya se rumoraba, El Caloncho.
Nuestra hora de llegada para recoger las acreditaciones era de 10 am a 12 del día, puntuales y porque eran boletos disponibles en la TAPO, encontramos que Puebla si es un lugar donde hay magia, cultura y colores, sólo le faltaba la música. Catrina vino a ofrecer un proyecto de festival muchísimo antes que Comuna, y se notó en la calidad y demanda por parte del público. Nosotros tuvimos que estar presentes a la hora de abrir puertas, y todo vacío hasta las 12:30, pero en cuanto se dio las 12:40 pm, que la primera banda Cállate Mark tocó en el escenario Indio, la gente se dejó venir como gorda en tobogán. Uno como chilango, y con festivales recorridos, no creía ver semejante apoyo para una escena en crecimiento, obviamente eran pocos, pero conforme transcurrían los minutos, más y más gente empezaba a saturar los escenarios, uno de los privilegiados, era el Takis, cuyo abridor era la próxima sensación Polaris. De ahí, le siguieron propuestas nuevas como Galindo, ya con sus años las Descartes, The Marías, entre otros. Aquí encontramos una rivalidad que todo mundo quería ver, De un lado, Porter tocando variedad de su carrera, incluyendo nuevos temas, y con 10 minutos de diferencia al terminar su show, Juan Son salía para cantar “Espiral”, después de su turno, muchos debatieron cuál versión era mejor y que personalidad mandaba en la escena. En el escenario Takis se sentía la fiesta en cada instante, desde Chicano Batman con su ritmo chicano, hacía mover unas palmas, el ska regio de Inspector que a la 1 de la mañana y con Die Antwoord a lado, tuvo su público fiel y una setlist de temas clásicos; y la joya de la corona, el poncho tricolor del pueblerino, Mi Banda el Mexicano sacando a las muchachas a bailar, y los hombres sin saber pero para no quedarse atrás, se movían como pudieron.
Pero no podemos decir que todo es felicidad y perfección, momentos de frustración y desesperación nos otorgó el escenario principal, todo iba bien, hasta la hora en que tenía que salir Babasonicos, esto por un retardo en la llegada, 30 minutos de su set estaba aburriendo y hartando a la gente, entre chiflidos y gritos, nos ciscaban pensando que ya estaban arriba, cuando todo parecía irse al despeñadero, por fin salieron, abriendo con temas como “Fan de Scorpions” o su novedad “Cretino”, la gente sólo los perdonó, como vil meme de homero Simpson. Esto por obviedad, causa una reacción en cadena en donde los siguientes artistas tardarían de entre 30 a 40 minutos más en arreglar su staff. Actos sorprendentes que se merecen un 10, Lng/SHT con Cat Scratcho y rap-punk que hicieron vibrar a Puebla, Morat, con un pop puro y poco tiempo, dieron lo mejor en el escenario y un fantástico Setlist, por supuesto, Café Tacvba y cada participación individual de Joselo, Rubén, Meme y Manuel formando la perfección entre acordes, distorsión y tonos agudos.
El regreso de Fobia con la alineación que más estructura, le ha dado al grupo, por fin se presentaba en Puebla, abriendo con “El Diablo”, y sacando temas del disco homónimo como “Dios Bendiga los Gusanos”, puros éxitos antes de los tacvbos; los actos internacionales, no pudieron quedarse atrás, antes de iniciar Weezer, teníamos la duda si habría público para los gringos, una pista despejada, que ¡oh sorpresa!, 15 minutos antes del show, atiburrado de fans. Por petición de los grupos, tanto ellos como Die Antwoord, no hubo acceso para sacar fotos en el Pit, así que tuvimos que rifárnosla en el público, disculpen si esto les molestó en admirar nuestra galería. No fue el mismo caso ya con los sudafricanos, media hora antes, las vayas estaban apartadas, y la gente aprovechó para ya saben, ponchar el porro, y con un ligero retraso de 8 minutos, por fin Yo-Landi y Ninja prendían como nunca a la gente de Puebla y los foráneos (por fin un evento donde los chilangos son foráneos). En este mismo escenario, horas antes, Porter terminaba su show (no literal), con “Espiral”, canción emblemática que al meterla a mitad del setlist, hizo que los seguidores del grupo por sólo una canción, se fueran (posiblemente a escuchar la versión de Juan Son); y sin tocar su segundo sencillo novedad, “Bandera”.
Sin duda, Cholula nos recibió como ningún otro festival este 2018, en el día, un sol apapachador que no molestaba pero sí daba calor, al caer el sol, las estrellas despejadas por el viento friolento, hacían que todos usáramos ponchos (la mayoría). Con un precio muy accesible en las chelas ($80), la gente buscaba con desesperación los vasos conmemorativos del festival, al igual que agotar la mercancía oficial, como los pines metálicos, también muy baratos y playeras. Catrina tuvo sus retrasos, conflictos, en nuestra área de prensa se nos fue la luz, pero eso dio pauta para que todos se metieran al inmueble aunque sea a disfrutar a un o dos grupos, también la logística a veces se nos complicaba en fotos, peor para el público, era bien pensada. Algunas lágrimas fueron derramadas, también no faltó el típico mal pedo que ya se quería pelear con todos, pero los Cóndores (porque allá no son Lobos), hacían su trabajo. Catrina si merece el puesto más alto en ranking de este año, el clima, la estructura, organización fueron un factor clave, algo que a muchos festivales se les complicaba, ya sea porque estuvieran o no, en sus manos. Sólo nos queda terminar con un, “Nos vemos en 2019”.