Faro en las calles
Bruma
¡Señor! Dadnos para las cosas inútiles miradas sin visión, y ojos llenos de claridad para todas tus Verdades. (Sören Kierkegaard)
Por Allan Márquez
¿Formula repetida de Guten Tag Ramón?
Es la pregunta principal y superficial que me hago al ver la película Bruma de Max Zunino y protagonizada por Sofia Espinoza, quien anteriormente había participado en una producción parecida, pero teniendo como pareja a Juan Manuel Bernal. Bruma nos cuenta la historia de Martina, una joven que está embarazada de Agustín, su novio al cual quiere cortar, esto la hunde en una búsqueda interna de ella misma, así que decide ir a Berlín a buscar a su padre, al cual nunca conoció.
Así de simple y predecible es la cinta, con intentos de introspección en el fondo, los cuales no se logran cerrar. Sin embargo, mediante la estética y forma de realización puede salvarse, la utilización de planos cerrados constantes y movimientos de cámara en mano “bruscos” pero que logran conectar con el espectador, Bruma nos obsequia una bonita propuesta cinematográfica.
La premisa existencialista por la cual pasa Martina engancha, la búsqueda de su padre, so pretexto para lidiar con su devenir existencial y tratar de buscar un origen, pues ella dará origen a otro ser.
La huida como este ente acosador de liberación sólo hace que Martina se olvide por un instante de su verdadero problema. El encuentro fortuito con Ángel, quien será su amigo entrañable y hombro en la búsqueda que está realizando Martina, será el ancla que ella necesita para sentirse viva, ya que su vida en México la abrumaba. Ángel pudiera ser lo que Martina necesitaba en casa con su madre, y en su pareja Agustín, una persona que la escuchará y le mostrará el mundo desde otra perspectiva.
La desesperación de Martina la ha llevado a huir y la misma desesperación le ayuda a confesarse con Agustín, ya que él no sabía del embarazo. Enclaustrada en su dolor e incertidumbre, Martina decide quedarse en Berlín, el hartazgo y monotonía, así como la inestabilidad que su madre representa le han dado un último empujón a su decisión. Ha conocido otro mundo diferente al suyo, ha salido de la caverna.
Hasta este punto la cinta (digital) sigue una línea progresiva, hay plot points marcados, que respetan la estructura clásica aristotélica y que Syd Field modernizó. Sin embargo, pese a la estética y manera de contar la historia, habrá quienes quizá se pregunten ¿Qué hará con el embarazo? Pregunta moralista, humana sí, pero moralista y esto hará que uno salga de la ficción convirtiendo la historia en un espejo, en un anhelo quizá del empoderamiento, de tener la oportunidad de huir de esa manera, de pertenecer a ese mundo “clasista” al que pertenece Martina, y este reflejo, si es que es un reflejo, desencadenan en la desesperación del espectador por pertenecer a ese mundo o la aversión a eso mismo sucede, una aversión al mundo, a Martinaa Ángel; la aversión a lo políticamente correcto y la aversión a lo políticamente incorrecto dentro de un nuevo mundo de “inclusión” y feminismo.
Ustedes tiene la última palabra.
Bruma - Max Zunino
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