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Faro en las calles

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El Crudo y Bello Post Punk Vivo

Ya queríamos un show exclusivo de The Jesus & Mary Chain y ayer lo tuvimos en el hemroso Plaza COndesa, checa como se puso todo. Reseña: @luck_sky100/ Foto: Óscar Villanueva.
Ya queríamos un show exclusivo de The Jesus & Mary Chain y ayer lo tuvimos en el hemroso Plaza COndesa, checa como se puso todo. Reseña: @luck_sky100/ Foto: Óscar Villanueva.

¿Cuándo el post punk se trató de estar estáticos en una parte del suelo moviendo la cabeza? Esperando que tu artista o grupo favorito lograra prender la parte más salvaje y desestresarte de la semana en una canción.

Pocas veces tenemos la fortuna de ver a nuestro grupo favorito con la alineación original o la mejor faceta de su vida aún juntas, y en el caso de The Jesus & Mary Chain, lo experimentamos anoche.

Con una trayectoria de más de 30 años, en el lapso de una hora con 41 minutos, tenían que presentar un disco llama “The Best of TJ&MC” en el Plaza” (nombre ficticio). Dando un inicio con lo que también abría su último disco “Amputation”, que para ser honestos, es el único tema rescatable de esta última producción. Del álbum “Damaged & Joy” fueron contadas las canciones ejecutadas en vivo, agregando solamente “Mood Rider & Black & Blues”.

Pero hay que hacer méritos, el público actual, amante de lo viejo, crudo y anti popular de la escena, también es uno de los más huevones en cuestión de vivir un concierto, los Jesus sin necesidad de discursos inspiradores o frases en español al comienzo y medio de su concierto lograron entretener las piernas de los asistentes, una que otra melena en término casquete corto se alborotaba en el aire, algunas palmas sobresalían, pero eso sí, gritos de alegría y de coros como “And all I ever got from you. Was all I ever took from you.” En “Hed On” o como olvidar cuando la piel se nos puso chinita cuando William Reid desgarraba las cuerdas en “Reverence”.

En este show teníamos que escuchar las facetas más extravagantes o poco recordadas por las plataformas digitales (te hablo a ti Spotify), como “Honey´s Dead o Some Candy Talking”, ese EP de culto que no triunfó en la vida comercial de la banda; escuché muchos comentarios acerca del show, como “es que siento que aquí no prendieron, yo los vi en el corona pasado y jalaron más punch”, siento que aquí hay varias cosas que pueden explicar esos comentarios. En primera estancia, hablamos de una banda que trató de conservarse en su originalidad y su filosofía, tan exigente fue el pedo que han pasado varios integrantes y los hermanos Reid han sacado los necesarios por no entender su concepto, así que este show fue más para in fan que ansiaba verlos de manera íntima y como es la música, tan cruda en vivo y sin cumplir las exigencias de nadie. La segunda cuestión es que en cualquier festival, hay dos tipos de personas, los que si conocen la banda y los que la escuchan por primera vez, no es el mismo sonido en vivo que escucharlos en tu disco o reproductor, te puede ganar la energía ajena o el efecto psychodellic de la chela.

Sin duda, momentos bellos y que pocos admiran están detrás de todos, hasta el final del escenario y que son indispensables en canciones como “Halfway to Crazy o Taste of Cindy”, chuladas encargadas por las batacas del señor Brian Young; y obviamente, la apatía con los fotógrafos de Jim Reid al no dejarse mostrar el rostro pero con esa voz tan cruda y sensual que enamora a cualquier chica, muchos exhalaban por él.

Llegó el momento que se cumplían unos 40-50 minutos de show, y un pequeño encore se veía venir. La crema y nata de su discografía llegaba con la clásica “Just Like Honey” seguida de la atroz pero enérgica “Cracking Up” y nuestro té a las 3 pm de la vida tranquila como citadino “War on Peace”, aunque a muchos que no les haya gustado lo último no se hayan acostumbrado a ella y prefirieron el cierre con “I Hate Rock & Roll”, un final salvaje y escandaloso que perturbo los oídos de los lobos que cuidaban el pit.