Por Allan Márquez

“Sherlock Homes está en Canadá a la espera de resolver un caso familiar”: es cómo podríamos resumir esta cinta canadiense de las directoras Grayson Moore y Aidan Shipley, en la cual nos cuenta la historia de Valerie, una madre de familia, que después de varios años sale de prisión tras haber matado al padre de (Mark) su vecino. Ella es esperada por este para cuestionar la forma en que murió su padre. Valerie ha decidido seguir su vida normal y no contar la historia completa de los hechos ocurridos, dejando dudas en el chico, por lo que él investigará lo ocurrido y llegará hasta el final de lo sucedido sin importar las consecuencias.

Siguiendo la estructura del thriller, puntos cardinales o cardinals, como es el título original, muestra un estado de protección hacia el prójimo, una consciencia despierta que es maternal, en el cual la venganza es el plato fuerte.

La cinta de estas mujeres nos lleva sigilosamente por un camino femenino, de empoderamiento de género, en donde la mujer arriesga su propia libertad por el bien, no solo familiar, sino del bien común. La reacción de cada personaje durante la historia parece introspectiva de acuerdo a los planos utilizados, los espacios “aparentemente muertos” nos habla de la ausencia masculina, la cual trata de mancillarse con la presencia del joven al llegar a casa de Valerie y tomar el asiento de cabecera de la mesa en la cual comen tres solitarias mujeres. Sin embargo, el control lo sigue teniendo Valerie, ella es la que construye la historia y nos lleva de la mano a cuestionarnos sobre ¿Por qué hizo, lo que hizo?

A partir de esta incógnita la cinta comienza a tomar el aire de thriller, y lo vemos en la reacción del chico, quien no queda satisfecho con la historia de Valerie y ello lo orilla al acoso, a la investigación de sucesos que no le cuadran, que no son verosímiles para él, pues su universo ha sido destruido desde la muerte de su padre, lo cual llevó a la depresión a su madre y está a la muerte. Misma muerte que Valerie sufrió, ya que estuvo muerta por muchos años en aquella prisión, pero que tuvo la fortuna de renacer, a diferencia de la mamá de Mark, quien vio en el suicidio un escape al sufrimiento ocasionado desde antes por su esposo.

Cardinals nos muestra el feminismo desde la trinchera de tres mujeres que tienen el poder de decidir sobre sus actos, sobre todo con Valerie, quien es la mujer líder, e incluso la madre de Marck tuvo el poder de decidir sobre su propia muerte. El hombre queda sesgado ante la fortaleza femenina, ni siquiera la última intervención de Mark en pro de desenmascarar a Valerie surgió efecto, pues ella obtiene una redención durante este viacrucis, mismo que nunca busca victimizar a la mujer, sino ratificar su empoderamiento.