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Faro en las calles

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De Virginia al Baby
Después de eliminación por parte de Brasil hacia nuestra selección, era turno de perdonar a los brasileños y abrir nuestros oídos a la mezcla inexplicable que sólo un grupo de antaño como Os Mutantes pudo crear enlos 60´s y 70´s, acompáñanos a leer esta reseña. Fotos: @luck_Sky100
Después de eliminación por parte de Brasil hacia nuestra selección, era turno de perdonar a los brasileños y abrir nuestros oídos a la mezcla inexplicable que sólo un grupo de antaño como Os Mutantes pudo crear en los 60´s y 70´s, acompáñanos a leer esta reseña. Fotos: @luck_Sky100

Un grupo con más de 50 años de trayectoria, siendo uno de los principales exponentes del “rock” brasileño, sufriría de cambios en la alineación, de ejecución en el escenario y sobre todo, una complicadísima selección en el setlist.

Abriendo el escenario con “Virginia”, con una lentitud por parte de Sérgio Dias (así está bien escrito), un atuendo algo ligado a sus años de psicodelia e hipismo , pronunciando las palabras menos esperadas de cualquier artista: “Mi español no ser tan bueno”.

Todo pareciera ir normal, hasta que previo a “El Justiciero”, un problema técnico que para muchos jala cables sería de “conéctalo a otra entrada”, se trasladó al bajista inspeccionado porqué la guitarra no servía, luego a un staff que pasó la mirada de reojo, a dejar algunos minutos incómodos. El folklore brasileño es bastante extenso y algo que los Mutantes han podido conservar desde este nuevo siglo, es impregnar a la juventud de esos sonidos que en décadas pasadas revolucionaron las clasificaciones en América, algo que en Estados Unidos ni Inglaterra pudieron perdonarse, clasificar y segmentar la música.

En “Minha Menina”, las cosas dieron un giro de 180*, al ser un tema tan clásico y con diferentes versiones en vivo, los que conocimos a este grupo y somos millenials, tenemos una cierta perspectiva de cómo la queríamos escuchar en vivo, pero para la gente más grande que tampoco fue de la época pero conocieron esta música gracias a los intercambios de CD´s o Cassettes, sintieron que fue una ejecución sublime. Mismo caso en “Balada Do Louco” y “Panis Et Circenses”, aunque eso sí en este último, haciendo un viaje en el tiempo a través de un teclado, batería, bajo, guitarra, y unos tubos que no se bien el nombre, al igual que su flauta especial.

Llegamos al final de la noche, una hora con 20 minutos fue la duración, sin un en core (extremadamente raro para los shows de hoy), pero con una satisfacción plena, algo confusos en las canciones, los fans de antaño pedían ciertos temas pero como mencioné al principio, un legado de 10 álbumes no es sencillo saber satisfacer completamente a todos. Con un público bajo pero apreciador, Os Mutantes inaugura el mes de Julio, iniciando otro semestre para el Plaza Condesa, y despidiéndose con “Baby”, este tema grabado en 1968.