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Romeo y Julieta de bolsillo” o Más y nuevo Shakespeare, por favor

 

Por Jimena COLUNGA GASCÓN
jimena.colunga.gascon@gmail.com 

 

La reina Mab enreda por la noche las crines de los caballos, y enmaraña el pelo de los duendes e infecta el lecho de la cándida virgen, y despierta en ella por primera vez impuros pensamientos. - Mercutio, Romeo y Julieta 

 

          ¿Por qué las obras clásicas del arte universal son clásicas? ¿En qué lenguaje nos hablan esos autores que al paso de centurias siguen comunicando sus mensajes de manera tan clara y, de una forma muy extraña, tan actualizada? Los temas que le preocupan a la humanidad siguen siendo los mismos desde tiempos inmemoriales: el amor, la muerte, la discordia, el pasado, el futuro, la vida misma. Y a pesar de toda la “evolución de la humanidad, hay profundidades en la psique que siguen sin ser cabalmente explicadas ni en todas las obras artísticas de la historia. En tanto son preguntas sin responder, los mismos tópicos permanecen hasta nuestros días y mucho más allá. 

          William Shakespeare es uno de esos autores con la lucidez suficiente para plantear todas esas incógnitas que son y serán representadas en el teatro hasta que las respuestas se manifiesten con mayor claridad. En el pequeño, pero no indigno foro de San Ángel, La Gruta, en el corazón del jardín del Centro Cultural Helénico, una representación más sobre Shakespeare toma lugar por pocas funciones: Romeo y Julieta de bolsillo. 

          Poco hay que añadir sobre uno de los más conocidos dramas, digo, tragedias del autor inglés, en el que el amor adolescente y el odio irracional se mezclan para narrar el triste destino de un par de amantes marcados por las estrellas. Sin embargo, esta adaptación del dramaturgo argentino Emiliano Dionisi, propone un enfoque distinto dirigido especialmente a niños y adolescente: un par de profesores de literatura, expertos en Shakespeare, se enfrascan en una cómica disputa para ver quién le cuenta mejor la historia de Romeo y Julieta a un salón de clases en el que está suscrito el público espectador. El intendente de la escuela da la tercera llamada a la función al mismo tiempo que introduce al espacio actoral el carrito de limpieza que contiene todos los elementos que durante la obra, estos profesores utilizarán como recursos de utilería para mejorar su interpretación de los personajes. 

 

          Estos personajes de Romeo y Julieta son todos encarnados por dos actores, los profesores, un hombre y una mujer, presentando la obra a grandes rasgos al mismo tiempo que hacen un análisis de cada uno de ellos e incorporan un poco de tensión sexual, digo, romántica, entre los dos. Con un planteamiento de teatro minimalista, la puesta en escena de Alonso Íñiguez consigue mantener entretenido al público que en la mayoría de los casos está familiarizado con la obra original. El esfuerzo está bien construido, son dos parejas las que alternarán en funciones y cada actor tiene un desempeño muy orgánico a pesar de todo el todo fársico del montaje. El uso de los elementos en el carrito de limpieza es definitivamente creativo y los apuntes musicales son hechos sólo con una flauta dulce, como las de las escuelas, que se toca en escena. 

 

          En palabras de Alonso Íñiguez, se tuvo que “tropicalizar” un tanto la obra de Dionisi en tanto que algunos chistes eran demasiado argentinos, de manera que su versión mexicana fuera más clara para la audiencia. Sin embargo, sin saber si se trata del texto original o de la adaptación, estos mismos chistes se encuentran peligrosamente en la línea de lo ridículo y no de una buena forma: Fray Lorenzo como personaje tiene el acento brasileño de “Pare de Sufrir”, mientras que los Capuleto son todos unos “mirreyes” y los Montesco, unos tetazos. Si bien el humor puede ser claro para algunos espectadores, se supone que es una obra dirigida a niños y adolescentes, que probablemente, no entiendan la referencia. Tal vez sólo sepan que los personajes hablan chistoso o se mueven chistoso, pero ninguna de estas referencias orienta hacia el verdadero carácter de los personajes en la obra de Shakespeare, por lo que le resta algunos puntos en su misión didáctica. 

 

          Por otro lado, y esta es una apreciación personal, la eliminación de Mercutio (mi favorito) del relato, decepciona un poco. Se entiende que, por dinámica y tiempos, introducir ese otro personaje es complejo, o, tal vez, se busca darle un poco más de importancia a Benvolio, el primo de Romeo, que en este caso es el primer muerto, aunque Mercutio es y será siempre más simpático y trascendente para la historia. En la evaluación general, es un grato montaje ampliamente recomendable para comenzar el fin de semana. Es una puesta en escena independiente realizada por Magnífico Entertainment, presentando talento joven pero no por eso menos profesional. Lo que sí se percibe es un gran entusiasmo por parte de cada uno de los integrantes del equipo y un auténtico deseo por compartir y reinterpretar uno de los (más) clásicos del teatro. 

 

          Romeo y Julieta de bolsillo se presentará en el Foro La Gruta del 16 de junio al 4 de agosto, los sábados, a las 13 horas. Los boletos tienen un costo de $200.00 y están disponibles en el sistema Ticketmaster y en la taquilla del Centro Cultural Helénico ubicado en Avenida Revolución 1500, Col. Guadalupe Inn, en la Ciudad de México.